EPILÉPTICO, La Ascensión del Gran Mal de David B (Pierre-François Beauchard) es una obra muy bien recomendada. Galardonada en 2000 por el Festival d’Angoulême, o merecedora de un Premio Ignatz en 2005, este cómic además consta en la lista de las mejores novelas gráficas de la pasada década publicada por la revista ROCKDELUX. Se editó en Francia entre 1996 y 2003 por la editorial L’Association en tomos, para ser refundida más tarde en un único volumen. En nuestro país, EPILÉPTICO desembarcó en su versión integral en 2009, de la mano de Ediciones Sinsentido. El argumento versa entorno a la vida del propio David B, su padre, madre, hermano y hermana, a partir del momento en que al hermano mayor (Jean-Christophe) le es detectado siendo niño un severo grado de epilepsia. Desde este momento dará inicio una dura disputa contra la enfermedad en la cual se ve avocada toda la familia. Cualquier remedio es aceptado en esta dramática búsqueda de la cura. Con lo cual, los progenitores acuden tanto a las disciplinas médicas como a las terapias alternativas. De esta manera la cotidianidad de todos los miembros se va viendo marcada por los dispares caminos que tanto el padre como especialmente la madre toman en pos de la sanación de su hijo.
El dibujo, preciso y obsesivamente esmerado, está presentado en un riguroso blanco y negro. El cómic está realizado en un estilo ligeramente caricaturesco, y rematado con una densa carga de simbolismo que conduce al lector a una experiencia hondamente surrealista. A los diferentes seres humanos que aparecen – debidamente caracterizados pese a lo dispar de sus respectivas épocas – les acompañan una larga procesión de criaturas imaginarias y espíritus que el autor sabe encajar a la perfección en el contexto a medida que varía la realidad en función del nivel onírico que la historia precise. Es debido a ello que hay momentos en los que sea preciso hacer el esfuerzo de sumergirse en el grafismo para ir desgranando trazo a trazo la esencia de lo que el autor pretende confesar. Desde luego la obra no cuenta con una narrativa al uso, ni siquiera el dibujo puede relatar lo que acontece sin el soporte del texto. Pero sin embargo el grafismo contiene una gran capacidad de absorción, que logra transmitir su mensaje a un nivel emocional muy profundo. En cuanto al guión, EPILÉPTICO nos cuenta en realidad una historia bastante humilde. La narración va pasando de forma lineal por las diversas etapas de la vida familiar. Y los cambios que esta sufre de acuerdo con el método de curación para Jean-Christophe de turno. Cuando David B se tropieza con un personaje en el cual cree es interesante concentrarse, entonces tenemos un flashback que nos desglosa su vida y milagros. Después de esto vuelta al mismo esquema biográfico inicial. Es un punto muy positivo que los temas que se tratan estén muy bien documentados en todo momento. Se extiende de esta manera la precisión y esmero del dibujo también al detalle por los personajes históricos, o las diferentes corrientes filosóficas y esotéricas. Las tramas están aromatizadas asimismo con un interesante matiz intelectual de arte, literatura, teatro, etc.
Por lo tanto, en EPILÉPTICO, La Ascensión del Gran Mal de David B encontramos como a través de la indagación en busca de una cura eficaz para la epilepsia, el lector va siendo testigo de una época, los años 60, 70 y 80, en que estaban surgiendo nuevas corrientes de interpretar la medicina como una sanación espiritual además de física. Es muy interesante cuando este trabajo profundiza en conceptos como la macrobiótica, la antipsiquiatría, la videncia, el espiritismo, la antroposofía, el vudú, el exorcismo, el magnetismo, los gurús, las terapias alternativas o la acupuntura entre otras. Hablamos de teorías que no brotaron en ese momento y lugar, pero sí que daban entonces pasos incipientes en su camino hacia la asimilación social. En este aspecto, la obra es un fenomenal documento de historia cotidiana. Sin embargo, en opinión de un servidor esta novela gráfica muestra diversos aspectos negativos como ser excesivamente obsesiva, redundante, dilatada y hermética, así como de dar un trato muy disparejo a sus diferentes personajes. Procedo a continuación a desarrollar dichos argumentos. Lo principal en un cómic biográfico es que exista como base una vida interesante que contar. Y este sería sin duda el caso. Sin embargo, el autor no esconde su marcada obsesión con la enfermedad de su hermano al analizarla desde todos los puntos posibles. Tal hecho no deja de ser un loable ejercicio de sinceridad, pero crea un efecto repetitivo que impide el avance de la historia. Por ejemplo, a mitad de la obra queda sobradamente claro que la familia no cejará en su empeño por curar a Jean-Christophe. Sin embargo esta tesis se repite hasta el final de las páginas, siendo su frecuencia redundante e innecesaria. Por el mismo motivo la historia se percibe excesivamente hinchada y larga, dado que aporta elementos nuevos muy ocasionalmente. Por el contrario se pierde la oportunidad de desarrollar más interesantes acontecimientos que están ocurriendo alrededor de David, como los pintorescos lugares donde acude y la gente única que conoce. El aquí firmante entiende que tanta recreación argumental lastra al conjunto de la obra y entorpece el acceso al lector medio, quien pueda estar interesado por el argumento así como en otros temas aparte de la enfermedad. Encuentro que el difícil acceso a la obra es un hándicap que no aparecen en otros productos semejantes como PERSÉPOLIS o LOS COMBATES COTIDIANOS. Obras como las antes citadas son profusas en detalles, drama y acontecimientos, pero a la vez grácilmente accesibles. Y si lo antes citado no deja de ser meramente cuestión de gustos o niveles, lo innegablemente erróneo del guión es el trato que se le procesa a la gran mayoría de actores del drama. Porque EPILÉPTICO, crea una radiografía compleja y rica en matices de David, y un acertado retrato de Jean-Christophe o de su hermana Florence; pero hay gran cantidad de personas muy poco caracterizadas que merecían más pulimento. Empezando por la madre y sobretodo el padre, de los que si no recuerdo mal no se llega ni a comentar el tipo de empleos que poseen. El resto de personajes, cualesquiera que sea el rol que cumplen, son meramente accesorios del desarrollo de la acción.
Tampoco creo que merezca salvarse de cierta crítica el dibujo. Indiscutiblemente elaborado y genial, parece imposible como alguien con el talento gráfico de David B no sea capaz de crear un arte más equilibrado y, al igual que con el guión, accesible. Estoy seguro de que si un lector desinformado abre al azar cualquier página de EPILÉPTICO, al encontrarse con semejante amalgama recargado de trazos y saturación de color negro, lo más probable es que desista en su interés abrumado por la sobrecarga visual. Repito, esta falta de ayuda del autor para adentrarse en su mundo es algo a priori inconcebible en alguien con la capacidad de este ilustrador. Por eso y por lo antes expuesto es por lo que pese a ser una historia interesante, rica en información y con un dibujo fascinante, no puedo recomendar la compra de esta obra a otra persona que no sea un apasionado de las lecturas pacientes, densas y obsesivas. EPILÉPTICO, La Ascensión del Gran Mal de David B es una obra con mucho potencial, pero con oportunidades desperdiciadas. Que no juega en la liga de grandes obras biográficas como MAUS, PARACUELLOS, PERSÉPOLIS o EL ARTE DE VOLAR. Pese a ser muy interesante, no cumple con los prefectos que la podrían haber alzado hasta lo más alto del podio.
“Su enfermedad lo ha alcanzado. Se ha convertido en un minusválido condenado a vivir en un universo de minusválidos. Quizá fuera entonces cuando renunció a la idea de curarse. Mis padres habían tirado de él para que escapase de ese destino el mayor tiempo posible. Él también se defendió de él con sus recursos de niño”. (David B)
Hace tiempo que dudo si comprarme este tebeo o no. Tras leer tu reseña, seguirá en la lista de lecturas futuribles (probablemente de biblioteca, añado), pero no inmediatas ni "must read".
ResponderEliminarLeerlo prestado me parece la mejor opción Esteve, porque así no te sientes forzado a acabarlo si no te gusta (como fue mi caso, al haberlo comprado). Para mi ha sido un tanto decepcionante, ya que pensaba que estaría al nivel de Persépolis, o Los Combates Cotidianos, que sí te recomiendo. Y como digo en el texto, Epiléptico está muy lejos de gustarme como me gustaron Maus, Paracuellos, o El Arte de Volar.
ResponderEliminarCoincido totalmente. Y si me gusta mucho, siempre me lo puedo comprar, como me ha ocurrido con lecturaspasadas de biblioteca.
ResponderEliminarLo que me gusta de la biblio es que, si lo que quiero leer no está disponible en las que yo frecuento, se puede pedir donde lo tengan pagando 1,20 eur de envío y devolución. Ahora mismo tengo Wilson en casa...
mas alla de la tecnica y desarrollo de la obra, es un libro que ayuda a las familias que estan pasando por esta enfermedad. tal vez por eso no lo encuentran bueno por que no han pasado por eso.
ResponderEliminarchao