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domingo, 24 de noviembre de 2013

EL ANIMAL MAN DE GRANT MORRISON


Hoy trataré de analizar una de las colecciones más insólitas jamás escritas, aunque no lo pueda parecer a primera vista. En realidad no se trataba de la primera vez que en plenos años 80 llegaba a DC Comics un guionista inglés (Alan Moore, Peter Milligan, Neil Gaiman…),  recuperaba un personaje olvidado (Swamp Thing, Sandman, Kid Eternity) y conseguía un  inusitado éxito de crítica y público. Sin embargo ANIMAL MAN es insigne porque Grant Morrison, su guionista, llegó mucho más allá que ninguno de sus colegas en esa época y creó la historia que a buen seguro casi todos querían forjar pero ninguno antes que él se había atrevido a publicar: ¿qué pasaría si un personaje de cómic se diera cuenta de su condición ficticia y consiguiera llegar a encontrarse con el guionista de la serie teniendo como objetivo rendir cuentas con él? De eso y otras cosas se hablará hoy en la reseña de una serie encumbrada como parte de la historia del cómic contemporáneo.




Pasemos, antes de proceder a hablar de la colección de los años 80, a realizar un repaso del personaje de Animal Man. Todo comenzó cuando el joven Buddy Baker (primera letra del nombre y apellido coincidentes, como mandan los cánones) tropezaba un día en el campo con una nave alienígena estrellada. El extraño y maltrecho cacharro acaba por explosionar y las energías que dicha deflagración emiten bañan a nuestro protagonista dotándolo de la capacidad de mimetizar las facultadas de todo animal que se encuentre cerca de él. Buddy adoptará el nombre de Animal Man y se consagrará a la labor de luchar contra el crimen con sus nuevos poderes. Todo esto se narraba en un cómic de la conocida como edad de plata: Strange Adventures Nº180,  publicado en septiembre de 1965 con manufactura a cargo de Dave Wood y Carmine Infantino. Animal Man por desgracia no logró posicionarse entre los personajes favoritos del público y sufrió una errática vida hasta mediados de los años 80, donde el cómic que hoy nos ocupa insufló el suficiente éxito como para que las andanzas de hombre animal se hayan perpetuado de manera recurrente hasta nuestros días.

Para saber de buena tinta cómo se concibió la serie de ANIMAL MAN hemos de retrotraernos a 1987. Por aquel entonces el escocés Grant Morrison alternaba su banda de punk con las labores de guionista de cómics poco convencido de poder llegar a profesionalizarse. Pero a partes iguales por su labor y por la fortuna de que DC Comics llevaba a cabo su tercera oleada de fichajes a guionistas en UK, Morrison acabó siendo entrevistado en el 87 por los editores Karen Berger, Janette Kanh y Dick Giordano. Durante el viaje en tren que lo condujo hasta Londres, lugar de la reunión, Morrison tenía muy claro que les quería ofrecer a los yanquis BATMAN ARKHAM ASYLUM, obra con la que ambicionaba a marcar un antes y un después en la industria. Pero de pronto se percató de que el guión del hombre murciélago tenía un marcado acento experimental, y que por lo tanto debía ocurrírsele un proyecto complementario más sugestivo y comercialmente menos arriesgado. De esta forma vino a Animal Man, personaje de la adolescencia del guionista al que siempre había querido moldear realizando algo más digno que aquellos cómics naíf que había leído hacía años. De manera que ambas propuestas cristalizaron convirtiéndose en los primeros pasos de Grant Morrison para DC. Karen Berger, artífice del sello Vertigo y presente en la reunión de Londres, se encargaría de editar a Morrison en ANIMAL MAN (1988), ARKHAM ASYLUM (1990), HELLBLAZER (1990) y KID ETERNITY (1991).

Pero, ¿cómo puede ser tan buena y arriesgada la primera colección de alguien recién desembarcado en un mercado tan complejo como es el cómic USA? Bien, para empezar Morrison arrancó apostando al caballo ganador. El embrión de ANIMAL MAN iba a ser una prueba de 4 números la cual de no prosperar a nivel de ventas se reducirían a una miniserie. El de Glasgow, consciente del éxito que estaba cosechando Alan Moore, se "inspiró" en el estilo del padre de WATCHMEN para deslumbrar a sus nuevos jefes. La baza salió bien y a partir de que la miniserie se prolongó a serie regular el autor fue mutando de estilo al suyo particular. Como bien he dicho, las primeras cuatro entregas de la series constituyen una historia auto conclusiva. La trama nos presenta a un Buddy Baker que quiere volver a apostar por su carrera de superhéroe. Está casado con la guapa Ellen y es padre un niño y una niña, Cliff (el primogénito) y Maxine (la menor). De manera que tampoco pude dejar de lado la forma de aportar dinero al hogar. En esta sobria historia tendremos como antagonista al olvidado personaje B'Wana Bestia - un ser capaz de fusionar animales y ejercer control mental sobre los mismos-, un personaje cuyo rol de villano sería más que discutible. Ya en esta primera aventura se expone un tema recurrente de la colección como es la denuncia del maltrato animal. En definitiva tenemos una trama que nos sirve para asentar las bases de la colección y darnos cuenta de que las viñetas que Morrison propone estarán plagadas de sobresaltos y vertiginosos giros argumentales. Añadir también que en estos números se nos presenta al resto del equipo artístico de la colección. Chas Troug dibujaría con trazo claro y planteamiento clásico, un arte cumplidor y sin florituras fruto de la DC de esa época. Y por fortuna como portadista se contó con un genio plástico como es el también británico Brian Bolland. Este influyente ilustrador en cambio sí que supo aportar a la serie la imagen que Morrison quería transmitir, edificando cubiertas sobrecogedoras repletas tanto de maravilla como controversia.



Y una vez realizadas las presentaciones de la plantilla titular, pasemos a hablar de una de las joyas que engalanan esta colección: El Evangelio del Coyote (#05 USA). Calentamos motores con una portada que deja sin aliento, Animal Man ha sido atropellado y yace en el suelo mientras en primer plano una mano desconocida está acabando de pintar el dibujo. Todo un ejercicio de metalenguaje provisto de un profético significado aún ignoto cuando leemos el número en cuestión. Y es que dentro se nos narra una historia  protagonizada por el malogrado coyote de los cartoons de EL COYOTE Y EL CORRECAMINOS de la Warner. Sin embargo el relato que aquí tenemos carece por completo de humor, dado que es la historia de un ser desterrado a nuestro mundo por un caprichoso dios que lo sentencia a sufrir una y otra vez una muerte dolorosa. El final a este extraño caso, con una serie de viñetas que se van alejando al más puro estilo narrativo de WATCHMEN, nos deja una sensación confusa. ¿Quiere en realidad el cómic decirnos que ese dios es…? Por ahora sólo se sugiere lo que más tarde será desvelado con toda rotundidad.

En los siguientes números se mezclan la tragicomedia con una inquietante sucesión de escenas en las que vemos apariciones de un misterioso Animal Man en una situación sumamente risueña y desangelada. Nuestro héroe compartirá a continuación aventuras africanas con Vixen (#10 - 12 USA), otra superheroína de poderes análogos. Todo conducirá a la primera docena de entregas, donde se explicará el origen de los poderes de Animal Man de una curiosa manera que mezcla continuidad Pre y Post CRISIS EN LAS TIERRAS INFINITAS. Tras esta etapa, repleta de pistas y momentos de surrealismo blando, nos encontramos con la nueva versión de la B'Wana Bestia (#13), con Animal Man ejerciendo de activista en contra de la masacre de delfines en las Islas Faroe (#15), e incluso conocemos al resto de por aquel entonces compañeros de Buddy en la LIGA DE LA JUSTICIA EUROPA (#16).

Pero el momento en que todas las tramas y misterios convergen, además de recrudecerse enormemente el tono de los capítulos, resulta ser a partir del número 18 USA. Entonces empieza a cobrar sentido el papel del misterioso personaje secundario James Highwater, al cual acompaña Buddy en un viaje psicotrópico hacia la verdad absoluta sobre la existencia de ambos. Además, como si no fuera suficiente impacto lo desvelado en el capítulo 19 -donde Animal Man parece darse cuenta de la presencia del lector -, el tebeo termina con un enorme mazazo a la vida del protagonista que lo cambiará todo por completo. Destrozado por su enorme pérdida, Animal Man cambiará de uniforme y emprenderá un viaje por el tiempo aclarando así todas las pistas alrededor de las misteriosas escenas que el guión ha ido dejando caer desde los primeros números. Pero antes de la recta final de la etapa de Grant Morrison Buddy deberá afrontar el reto de detener al Psicopirata. Se trata de uno de los internos del sanatorio Arkham cuyas extrañas visiones han dado paso a la aparición de los más variopintos personajes. Descubrimos que en realidad este perturbado es el único que tiene conciencia de los tiempos pre CRISIS, y con sus poderes amenaza a toda la realidad por hacer colisionar las dos épocas del Universo DC. Esta mini saga, impregnada de importantes dosis de meta cómic, concluye dejando al protagonista plenamente consciente de su condición de personaje de ficción atrapado en un cómic. A partir de ese momento Buddy emprende un viaje por el mundo de los personajes que ya no están en la continuidad hasta llegar a las mismísimas puertas de la casa de Grant Morrison. El relanzamiento de ANIMAL MAN concluye con un número 26 completamente irrepetible, donde creación y creador se sinceran durante un largo encuentro. Vemos como el guionista le habla al héroe con sumisión de lo que ha hecho, a la par que se despide del mismo. Por su parte, a Buddy no le parece gran cosa el dios que acaba de encontrar, y le recrimina la tremenda crueldad con la que los guionistas tratan a sus personajes. De esta forma tan trascendente y reveladora termina la etapa. La colección, ya en manos de distingos autores, se prolongó hasta el número 89 (1995)

Sin duda el hecho por el que la colección de ANIMAL MAN ha pasado a la historia es ese último número en que concurren personaje y guionista. Las pistas de que esto se podría producir de hecho ya van siendo implantadas desde el propio número 6, y gran parte de la expectación para el lector resulta en ir descubriendo si el guionista se atreverá a llegar hasta el final de lo que insinúa. Ciertamente este caso de "romper la cuarta pared" se ha producido desde entonces en varias ocasiones. Servidor tiene constancia de otra notable interacción entre personaje y escritor, me estoy refiriendo a la serie de HULKA que crease John Byrne dos años después, en 1989. En este caso la condición de personaje de cómic consciente de lo mismo se enfocaba desde un punto de vista cómico. Sin embargo la repercusión nunca ha sido en ningún otro caso tan alta como en ANIMAL MAN. En conclusión, la colección hoy tratada resulta ser una sucesión de cómics de lo más variada, con una trama y final muy sorprendentes, pero a su vez mucho más sencilla de leer y digerir que en muchos de los trabajos que Morrison brindaría a posteriori. Se trata de una serie calculada perfectamente ya desde su arranque, que está conducida además y rematada con una maestría impropia de un autor con tan poca experiencia en ese momento. Tal vez su punto más criticable sea un dibujo intrascendente y con poca personalidad - aunque eficiente -, pero que queda compensado por unas magistrales portadas que aportan la calidad gráfica que el monumental guión requiere. En definitiva ANIMAL MAN es una serie que todo amante del cómic de superhéroes debería atesorar; y que forma parte de la historia del noveno arte por su rupturista final. Curiosamente, Grant Morrison volvería a escribir acerca de Buddy Baker en unas condiciones nuevamente singulares. Animal Man llevaba mucho tiempo alojado en el sello Vertigo cuando el guionista lo utilizó en la maxi serie 52 (2006) del universo DC convencional. Se dice que los responsables de Vertigo accedieron a que el personaje cambiara temporalmente de universo sólo si Morrison era quien escribía dicha aparición, clausula a la que tanto la editorial como el autor accedieron.


Los cómics de Grant Morrison posiblemente no gocen de unos personajes de la talla de los de Alan Moore -autor  por cierto con el que mantiene una enemistad largamente documentada - , ni la magia o las ideas de Neil Gaiman. Tampoco es capaz de alcanzar el dominio de los diálogos de Garth Ennis, ni la capacidad de de crear personajes carismáticos de Warren Ellis. Pese a todo esto, es indiscutible que Morrison es el autor británico con la carrera más fructífera y brillante de los últimos tiempos. Es de aplaudir que tras varias décadas todavía siga produciendo material de calidad en grandes cantidades. Así mismo, es de los pocos insignes nombres que nunca ha dejado de publicar en Vertigo, ni siquiera en las épocas en las que ha estado trabajando primordialmente para Marvel. Todo esto ha sido compensado en DC con una impunidad de la que muy pocos guionistas pueden hacer gala. Al fin y al cabo si sus geniales locuras ya le salieron bien desde sus mismos inicios en la editorial con ANIMAL MAN y BATMAN ARKHAM ASYLUM, ¿quién podría atreverse a frenar el ingenio de este particular escritor?

1 comentario:

  1. A mi Morrison siempre me ha producido una cierta antipatía . Mucho afán de epatar , pero poca chicha y bastante paja a menudo pedante. No me convenció nada su Arkham Asylum (en su dia , a saber ahora que pensaría). Tampoco he seguido leyéndolo mucho y me consta que tiene obras muy interesantes.

    Dicho esto , lo cierto es que disfruté mucho con Animal Man.

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