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domingo, 7 de octubre de 2012

1986: EL AÑO QUE LO CAMBIÓ TODO PARA EL COMIC

Las rachas de creatividad del ser humano es un fenómeno realmente inexplicable. Y porqué en un campo artístico convergen en un único año una suma substancial de trascendentes obras maestras es un misterio todavía más insondable. Aunque la verdad es que ocurre. El cine tuvo un año de ensueño en 1968, con el estreno de BULLITT, LA NOCHE DE LOS MUERTOS VIVIENTES, EL PLANETA DE LOS SIMIOS, LA SEMILLA DEL DIABLO y por supuesto 2001: UNA ODISEA DEL ESPACIO. La música pop/rock vivió algo semejante en 1991: Ten (Pearl Jam), Achtung Baby (U2), Black Album (Metallica), Blood Sugar Sex Magik (Red Hot Chili Peppers), Out Of Time (REM), Screamadelica (Primal Scream), Loveless (My Bloody Valentine), y por supuesto Blue Lines (Massive Attack) y Nevermind (Nirvana). ¿Y en el mundo del cómic USA, nunca ha sobrevenido nada análogo? La respuesta es sí, en 1986. Y ahora con su permiso procederé a repasar un año irrepetible en la historia del cómic contemporáneo.



Ciertamente nunca han concordado en un año, al menos que servidor tenga constancia de ello, tamaña aglomeración de obras maestras del cómic. Vayamos con el primero. De 1986 data WATCHMEN, del genial dúo Alan Moore (guiones) y Dave Gibbons (dibujo). Este tal vez sea en algunos sectores el cómic más premiado y vanagloriado de toda las historia del noveno arte. Esta narración de héroes enmascarados oscura, realista y psicológica todavía hoy se encuentra en un pedestal del que para muchos ninguna otra labor de viñetas podrá bajar nunca. Pero por supuesto los bombazos no terminan con los vigilantes de Alan Moore. En ese mismo año acontece la primera edición americana de otro peso pesado como es BATMAN: THE DARK KNIGHT RETURNS. Cumbre conseguida en este caso por un personaje con una particular brillante trayectoria y enjundia como es Batman. Y es que esta historia de un héroe renacido y maduro, germen del ingenio del guionista y dibujante Frank Miller, nunca deja de apetecer entre las mejores listas del cómic de su época. Pero no abandonemos la categoría de comics indispensables todavía. Aún queda un título mayúsculo del que no es recomendable olvidarse. Se trata de MAUS del autor competo Art Spiegelman, un cómic donde las personas son sustituidas por analogías animales (ratones, gatos, perros, cerdos...) procediendo a contar con detallismo documental las adversidades de un judío durante el holocausto perpetrado por los nazis en la 2ª Guerra Mundial. Bien es cierto que en este caso hablamos de la primera recopilación en tomo de una obra que llevaba tiempo publicándose en entregas; y cuya conclusión no tendría lugar hasta 1991. Pero es indudable que 1986 devino el año en que el mundo descubrió con perplejidad este fascinante cómic, que no olvidemos tiene el honor de ser el primer y hasta la fecha único en su género en conseguir el prestigioso premio Pulitzer. Resulta curioso que siendo obras bien distintas se puedan encontrar paralelismos entre las tres. Servidor opina que tanto el trabajo de Moore, de Miller como de Spiegelman cuentan con un aroma altamente catastrofista. Tanto en WATCHMEN como en BATMAN TDNR está muy patente la guerra nuclear, llegando prácticamente rozarse con los dedos. Y en MAUS ciertamente no hay misiles nucleares, pero la calamidad de los campos de exterminio se nos sustenta a su manera igualmente como un fin del mundo. También se podría destacar que los tres relatos están plagados de locura, barbarie y sendos ejemplos de vergonzantes bajezas de la expresión humana.

Si lo contado hasta la fecha bien resulta ineludible, también es sobradamente conocido que estos tres puntales del cómic compartieron año de lanzamiento. Sin embargo ya no se diserta tanto que en ese mismo paquete de 12 meses acontecieron momentos si bien no tan trascendentales, altamente recomendables dentro del género. En Marvel Frank Miller nos demostraba su estado de gracia creativa presentando una saga, DAREDEVIL BORN AGAIN, dibujada ejemplarmente por David Mazzucchelli, que nunca podrá ser olvidada para todos los seguidores del hombre sin miedo. Y no contento con esto, el mismo autor también firma la miniserie ELEKTRA: ASSASSIN, en esta ocasión con Bill Sienkiewicz en las labores de dibujo, otro pequeño hito de su momento. Aunque Alan Moore no se quedaba precisamente atrás. No contento con tener a todo el mundo asombrado a la par que aterrorizado con su SWAMP THING, en 1986 también publicaría un díptico inolvidable del hombre de acero, SUPERMAN: WHATEVER HAPPENED TO THE MAN OF TOMORROW?, una historia que a pocos habrá que dar a conocer y que infiere claramente como una de las más memorables del personaje. Bajando quizás algunos peldaños de relevancia pero computable como hechos igualmente destacables, tenemos la publicación del crossover LA MASACRE MUTANTE, historia curiosamente también bastante sombría, violenta y sanguinaria donde por cierto participaba X-FACTOR, una colección que además debutaba aquel mismo año. Y en un capítulo de acaecimientos más positivos, destacar que 1986 fue el año elegido para que se casara la pareja formada por Bruce Banner (alter ego del monstruo conocido como Hulk) y su azarosa prometida Betty Ross. El enlace tuvo lugar en Incredible Hulk #319. Y ya para finalizar con el apartado de las grandes compañías destacar que esa misma añada trajo consigo el debut importantes personajes como el villano Apocalipsis (X-Factor #5), el futuro Veneno Eddie Brock (Web of Spider-Man #18) o el Sindicato Siniestro (The Amazing Spider-Man #280). Esto por parte de Marvel, a nivel de DC Comics también asistimos a la puesta en largo de nada menos que Booster Gold (Booster Gold #1), además de por supuesto la magnífica lista de personajes que dejaron las primeras obras mencionadas: Minutemen, Crime Busters, Carrie Kelly (Robin), el Mutante...



Y no me gustaría despedirme sin una pequeña mención a mis adoradas editoriales independientes. En 1986 se pondría en marcha un ejercicio empresarial que por suerte perdura hasta la actualidad. Se trata de Dark Horse, compañía que en ese año sacó al mercado DARK HORSE PRESENTS, una cabecera compuesta de historias cortas que con el tiempo llegó ofrecer las primeras apariciones de magníficas obras como CONCRETE, SIN CITY o HELLBOY. Como he dicho al principio, que en un sólo año ocurrieran una suerte de proezas comiqueras como las descritas no tiene explicación posible. Aunque este legado está claro que deja bien patente el grado de inmejorable salud con el que contaba esta industria creativa durante la década de los 80. Qué envidia produce retrotraerse a aquellos años cuyas genialidades acontecían mes tras mes, especialmente si los comparamos con el crítico momento actual.

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