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martes, 17 de mayo de 2016

LA CASA, CRÓNICA DE UNA CONQUISTA

Raro es que cuando uno repasa un listado de los cómics más destacados de 2015 no se tropiece con la obra que hoy me dispongo a repasar. Y es que LA CASA, CRÓNICA DE UNA CONQUISTA (Norma Editorial)  con su perfil de edificación ambiciosa a la par que accesible, se ha merecido destacar como un trabajo digno de pasar a la posteridad. Y no sólo hablando en términos de cómic español, sino confrontándolo con las obras publicadas durante ese año a nivel mundial.



Empezaremos tratando de relatar lo que el lector descubre al abrir las cubiertas de este voluminoso tomo de cartoné que mide 30,50cms (alto), 23cms (ancho) por 3,50cms (grosor). La propuesta de este libro es realizar un repaso en clave histórica de las distintas residencias que el ser humano ha obrado con sus propias manos y medios a lo largo de la historia. Y para cumplir este ejercicio de carácter histórico el artista Daniel Torres ha hecho uso de diferentes recursos narrativos.


Daniel Torres es un artista que lleva sorprendiendo en el campo del cómic desde sus inicios allá por los años 80. Este autor completo valenciano ya ha hecho gala de sus grandes dotes para el diseño en obras como su OPIUM, o las aventuras de Roco Vargas, seguramente su más célebre creación. Así mismo leyendo sus cómics previos también ha trascendido su poderosa virtud en el campo de lo descriptivo y un talento muy inteligente a la hora de teorizar sobre diferentes disciplinas (la arquitectura, la literatura, el diseño, etc.).

De esta forma LA CASA explica el concepto de la vivienda desde el neolítico hasta el Siglo XXI empleando como herramientas el cómic, la ilustración así como el ensayo o el artículo periodístico. Y por curioso que nos pueda parecer también hay espacio para la ciencia ficción o incluso la fantasía más asombrosa.

El guion -o más bien la arquitectura inicial sobre la que se edifica esta obra -, está compuesto por capítulos en los cuales el autor se dedica a detallar una vivienda y a mostrar el perfil de aquellos que la habitan en dicho contexto histórico. Si los hogares que en esta obra aparecen están perfectamente singularizados, el carácter de sus habitantes no está peor definido. De manera que en más de una ocasión junto a la morada de turno nos acompañan personajes de lo más simpáticos y entrañables. En otras ocasiones, y esto es igualmente meritorio, el habitante en cuestión no es tan agradable al trato, aunque siempre están retratados con una veracidad encomiable.

Los artículos que componen el tomo son claros y descriptivos, sinceros aunque bien documentados. Es la labor gráfica la que evidentemente luce, como no podía ser de otra manera en una obra tan bien acogida. Es de agradecer que el arte se adapte a los cánones de cada época –las imágenes tienen estilos muy diferentes dependiendo de si  habla de la época medieval, el Renacimiento, el S. XX, etc.-, pero además las ilustraciones también se hacen acompañar de planos de distintas viviendas; o incluso de instrucciones que exponen los diferentes estadios de construcción de las edificaciones. Sobre este tipo de exposición cabe decir que el autor va gradualmente abandonando este recurso para nuestra pena, ya que resulta muy instructivo ver las ideas que se emplearon a la hora de erigir dicha construcción.

El dibujo hace que el lector se sienta en la obligación casi moral de detenerse largo tiempo a contemplar las detalladas planchas que Daniel Torres nos ofrece. Ya sea con unas panorámicas de ciudades virtuosas o con ilustraciones del interior de un hogar donde antes de que te des cuentas te has sumergido haciendo volar la imaginación entre sus habitaciones y todos sus complementos que tan cuidadosamente han sido emplazados por el autor. Ciertamente el dibujo de estas más de 500 páginas de libro es ideal para recrearse.

También hay que destacar que LA CASA se trata de una obra que agradece la atención de su consumidor. El lector atento se dará cuenta de que hay capítulos que visitan el mismo terreno geográfico pero en distintas épocas. De esta manera si no perdemos detalle veremos como el paso de los siglos ha dejado huella en diferentes entornos. 

A ciertas personas también les interesará saber qué tipo de voz tiene el trabajo que hoy analizo. Bien, el tono es en general positivo y amable. Aunque Torres no puede dejar de lado lo injusta y cruel que en líneas generales ha sido la historia del hombre y así lo refleja en estas páginas.

La edición y presentación -como ya he dicho publicado en tapa dura y con sobrecubierta- sin ser yo un experto me ha parecido exquisita. Tanto la portada como las cubiertas desprenden buen gusto y ánimo por ofrecer un acabado cuidado e interesante. El grabado con el que tanto se abre como se clausura la obra es muy decorativo y simpático. En su conjunto lo que este grueso conjunto de páginas transmite es un pulcro contenido más envoltorio que lo convierte en una pieza muy atractiva en el campo de lo visual, incluso en un libro decorativo.

 Vayamos ahora si me lo permiten a hablar de algunos capítulos que un servidor ha encontrado especialmente destacables. Vaya por delante que el libro cuenta con muchos más pasajes en los que podría detenerme, pero que sin embargo no haré en aras a no alargar en exceso el texto.

Tras varios momentos muy interesantes por los que la obra transita a lo largo de las culturas clásicas (Grecia y Roma); más unas gratas paradas por la edad media, llegamos a un capítulo 9 digno de destacar. Se trata de una historia ubicada en 1611, donde el lector es testigo excepcional de como la dueña de la casa nos propina un agradable –aunque de trasfondo agridulce- tour por una vivienda de Ámsterdam. Este es uno de esos ejemplos a los que me refería antes de inmersión gráfica y de gran manejo de los personajes.

En el capítulo 12 por otra parte lo que se nos presenta es una imaginaria sociedad steampunk y expone lo que hubiese podido suceder si el gran descubrimiento de la máquina de vapor hubiera acabado por dominar todos los talantes tecnológicos de la sociedad. Un capítulo abierto a la imaginación, con unas ilustraciones fastuosas.

Y de la luz y la quimera de los ejemplos anteriores pasamos a la aplastante realidad del capítulo 14. En este relato lo que se nos muestra es la desoladora realidad de una familia de obreros de la cuenca minera de Valonia (Países Bajos) y como la tiranía del reloj marca una vida mísera y semi esclava, sumida en la oscuridad de las largas jornadas laborales en la mina.

Y terminamos este breve repaso a grandes momentos de LA CASA con el capítulo 24: “El mañana que no fue”. En esta ocasión Daniel Torres lo que nos propone es un imaginativo repaso a una serie de utopías trazadas que podrían haber tenido lugar en 1968. Con este pretexto se nos muestran ideas brindadas para hacer volar nuestra imaginación tales como casas móviles en ciudades con forma de árbol, viviendas en el espacio erigidas en plataformas circulares – para propiciar la gravedad mediante la rotación-, hogares submarinos, casas célula, incluso viviendas ambulantes  emplazadas en las nubes. Una verdadera delicia gráfica así como un derroche de ensueño total. 

A estas alturas creo un servidor ya ha dejado entrever que el volumen que hoy os traigo le ha encantado. Leerlo me ha dejado la sensación de encontrarme ante la culminación de una obra faraónica, un libro instructivo cuya lectura me ha resultado accesible y amable. Dentro de las cosas que colocar en la balanza de lo negativo, tal vez habría que destacar el dibujo de las personas. Se entiende que lo que se pretende es hablar de edificios y hogares a lo largo del tiempo, y esta faceta está perfectamente cumplida. Sin embargo vemos que a los inquilinos de las mismas se les dibuja apresuradamente y de forma más sencilla, como por obligación más que por devoción.

El final tampoco me ha acabado de satisfacer. Si a lo largo de la lectura ha destacado lo accesible y lectivo de su discurso, cuando llegamos a la parte contemporánea el libro se vuelve denso y con mensajes farragosos, rozando incluso lo pedante. Tal decisión disiente por completo con el espíritu planteado hasta ese momento.

Sin embargo que estas críticas no confundan a nadie. LA CASA, CRONICA DE UNA CONQUISTA es una obra digna de descansar en las estanterías de cualquier lector. Su contenido te enseña, te hace imaginar y te transporta a otras épocas. Además, la gran calidad de su apartado gráfico favorece la visita frecuente para recrearse. En definitiva, una obra que en mi opinión merece el desembolso de 49,50€ que la editorial Norma nos propone.

Una de las mejores maneras de pernoctar por la historia de la mano de un cómic.

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