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viernes, 27 de enero de 2012

THE (BOARDWALK) EMPIRE STRIKES BACK:

Tras concluir las emisiones de series de tanta envergadura como THE SOPRANOS o THE WIRE, en  la cadena americana de televisión por cable HBO dio la impresión que decaía la calidad de su oferta. Series presentadas por aquella época como TRUE BLOOD o BORED TO DEATH no parecían marcar el paso de forma tan firme como sus predecesoras, y mientras tanto la AMC acortaba distancia con series como MAD MEN o BREAKING BAD. Aunque la respuesta a esto fue que por fin se aprobó el lanzamiento de la TREMÉ de David Simon (el genio de THE WIRE), una serie de gran calidad pero que le cuesta capítulos y más capítulos concretar sus pretensiones, algunos extrañábamos el inigualable toque HBO de series tipo CARNIVALE, DEADWOOD, OZ o THE WIRE. Y a eso piensa un servidor que llegó BOARDWALK EMPIRE (HBO, 2010), a reivindicar una seña identitaria que tanto esfuerzo y tanta marcha a contracorriente ha costado alcanzar.


Presentemos credenciales. Estamos ante una historia de gangsters expresada durante los años de la “Ley Seca” en Estados Unidos de América (periodo: años 20 –30 del S.XX). Pero en lugar de mostrarnos los efectos de esta represiva prohibición en plazas tan repetidas como Chicago o Nueva York, la trama enfoca hacia la manera que en que se lidia esta tesitura en un lugar sumamente turístico como es Atlantic City. Cuyo paseo marítimo recibe el honor de etiquetar el título del show. Fiel a la ineludible regla imperante en la actualidad de elegir a una figura carismática que capitanee la producción, en BOARDWALK EMPIRE destaca por encima de un largo elenco de personajes la figura de Enoch (Nucky) Thompson, encarnado en cuerpo y alma por Steve Buscemi. Nucky aparentemente es sólo el tesorero del ayuntamiento, una figura en la sombra que ocupa deliberadamente un segundo plano de cara a la opinión pública. Sin embargo, este descendiente de irreductibles irlandeses del norte se constituye de facto un cacique a ambos lados de la ley, cuyos tentáculos alcanzan a fiscales generales, gobernadores o incluso la Casa Blanca. Todo un tiburón blanco que huele la sangre a kilómetros y se vuelve más peligroso cuanto más herido u acorralado se encuentra. Como los espectadores de la 2ª Temporada habrán podido comprobar.
Nucky Thompson/Steve Buscemi.

Además de este valioso espécimen, el resto del barroco y completo jardín que constituye BOARDWALK EMPIRE está sembrado de lo más representativo de ese tiempo y lugar: jefes de policía corruptos y ladinos, políticos genitales, solemnes veteranos de la 1ª Guerra Mundial de estomago vacío, contrabandistas de reojo, maleantes con corbata y bombín por disfraz, contradictorios agentes federales, el Ku Kux Clan...  y gangsters, como no. Incluso entre su reparto contamos con caracterizaciones de figuras reales como los criminales Al Capone, Arnold Rothstein y Lucky Luciano; o el senador Walter Evans Edge y el presidente Warren G. Harding (del cual no se hablan maravillas precisamente).  En cuanto al vestuario y decorados, así como al aspecto en general del producto, la serie denota una grandilocuente influencia teatral. Arriesgándome incluso un poco más, permítanme decir que hay ocasiones en que los episodios se antojan como grandes óperas de derrochadores decorados e imponderables recursos. En definitiva, que no se han escatimado medios de producción.

Hablemos ahora de los personajes, la sabia de que nutre con fuerza la serie, aunque sin dejar desamparada a una trama consistente, que no rápida. Los moradores que el espectador se encuentra en este drama de época son grises y contradictorios, tan hipócritas como por desgracia todos debemos ser en un momento determinado. De esta forma nos resulta complicadísimo distinguir entre héroes y villanos, amigos y enemigos; o aliados y traidores. El mundo que la serie nos plantea es un baile de gala donde todos danzan con todos en un momento dado, pero siempre bien cautos al puñal que con toda seguridad oculta su pareja, presto a utilizarlo a la que le das la espalda. En este sentido, asistiríamos a un metafórico cruce de caminos entre THE WIRE y THE SOPRANOS. El entorno criminal se encuentra descrito casi a un nivel documental como en T.W. pero prestando más atención a las vivencias privadas de sus participantes; mientras que encontramos costumbrismo y la cotidianidad de T.S. pero sin que se pierda la concentración que reclama los acontecimientos fuera de la ley que marcan el paso. Algunos datos accesorios que confieren interés a BOARDWALK EMPIRE son por ejemplo que su creador Terence Winter, fue guionista de THE SOPRANOS. Así mismo, Martin Scorsese, confesa debilidad personal del que suscribe, ejerce de productor y director del episodio piloto. Por otra parte, la serie se basa en el libro “Boardwalk Empire: The Birth, High Times, and Corruption of Atlantic City”, volumen que por cierto se puede encontrar publicado en nuestro país.
Ornamentada puesta en escena.

Llega el momento de mostrar las cartas sobre la mesa, de descubrirse ante el personal analizando esta obra televisiva con todos los pros y los contras que mi humilde objetividad pueda soportar. Hasta ahora las dos temporadas que he tenido el placer de ver han resultado interesantes y distintas una de la otra. En la primera se nos presentaban los participantes y sus atributos, a la par que se desplegaba ante nosotros el tablero de juego y asistimos a los primeros tanteos de poder. En la segunda season se podría decir que se declara la guerra abiertamente y las facciones, aunque casi se trata de Nucky contra el resto del mundo, se lanzan unas contra otra sin cuartel ni clemencia. Al final bien nos damos cuenta de que hay que pagar por los actos realizados, con sangre en la mayor parte de los casos. De esta manera abro comentando que BOARDWALK EMPIRE es un paradigma de la HBO tanto para lo bueno como para lo malo. Evocando a precedentes como DEADWOOD o CARNIVALE, en esta obra tampoco se busca el realismo en la expresión o el comportamiento de los personajes. En todo caso los protagonistas más bien son metáforas exageradas de lo que un ser humano devendría en un entorno similar.  De ahí mi símil anterior con el teatro. Tampoco hallaremos un ritmo acelerado de acontecimientos. La trama discurre tranquila pero firme, de modo que al final todos los cabos quedan bien atados, pero de igual manera el director no escatima escenas que se podría saltar, pero que en su conjunto concilian a las personas con el traicionero mundo en que viven. Por eso si me preguntan si BOARDWALK EMPIRE es una buena serie les responderé que es un producto muy notable. O si me dicen que es lenta y exagerada, también les daría la razón. Porque ya lo he dicho al principio, se trata de un producto de la casa, sin olvidarnos también de su sólida y fiel base histórica. Y la HBO ha llegado a ser considerada como la mejor fábrica de series televisivas gracias a los elementos de los que esta producción presume.

BOARDWALK EMPIRE no es JUEGO DE TONOS, tan accesible e inmediata. Pero si es un producto que no engaña a nadie, y luce la marca de la cadena HBO con orgullo.

2 comentarios:

  1. Pues espera a ver la segunda temporada: un 'tour de force' constante hasta el adrenalítico final, ¡y que pedazo de cabrón es Nucky Thompson! Otra que recomiendo encarecidamente es Treme, del creador de The Wire, y si Luck es la mitad de buena de lo que anuncia su trailer podemos estar ante una de las grandes. ¡Sólo en HBO!

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  2. La he visto, igual que TREMÉ, y me encanta pero encuentro más completa BOARDWALK E. Sobre LUCK, confieso que todavía no me he puesto a mirar nada. La premisa no me llama, pero siendo HBO hay que darle una oportunidad.

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